La vida de Jorge Semprún es, en sí misma, una gran novela atravesada por los avatares de la historia. Exiliado republicano, miembro de la Resistencia francesa, deportado a un campo de concentración nazi, dirigente comunista, agente clandestino antifranquista, novelista consagrado, guionista de éxito, ministro de cultura en España, europeísta de referencia, militante de la memoria... Todas estas vidas en una sola configuran el largo viaje de Jorge Semprún, una travesía con giros continuos, no siempre previstos, con apariciones y desapariciones, en la que la resistencia es una forma radical de compromiso.
Jorge Semprún Maura (Madrid, 1923 – Paris, 2011) fue uno de intelectuales europeos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX. Por su vida y su obra singulares, se constituye en protagonista y testigo de los avatares principales de su tiempo. Semprún nació en Madrid en diciembre de 1923 en el seno de una familia de la alta burguesía, relevante en la política y la cultura española. Su madre, Susana Maura, fallecida prematuramente en 1934, era hija de Antonio Maura, cinco veces jefe de gobierno y presidente de la Real Academia Española. El padre, José María Semprún Gurrea, era abogado, profesor de Derecho en la Universidad Central y político conservador al servicio de la República desde 1931.
Exiliado con su familia al comienzo de la guerra civil española, combatiente en la resistencia antinazi, detenido y deportado al campo de Buchenwald (Turingia, Alemania), estas experiencias juveniles marcaron hondamente su destino. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, se afilió al Partido Comunista Español en el exilio. Militante activo en 1953, fue enviado como agente clandestino a España bajo varias identidades con el objetivo de organizar la lucha antifranquista desde el interior. Miembro de la ejecutiva del PCE, con los años se fue distanciando ideológicamente de las tesis defendidas por el Buró Político y sus máximos representantes, hasta tal punto de que, junto a Fernando Claudín, fueron expulsados del partido en 1964.
Tras abandonar el PCE, Jorge Semprún se volcó en su gran pasión, la escritura. Desde esos años su abundante obra literaria y cinematográfica, en francés (secundariamente en español), se constituye en una reflexión y revisión crítica de las experiencias del pasado, como una voz que alumbró a sus contemporáneos europeos ante los abismos de los totalitarismos del siglo XX, a la vez que los animó a proseguir los combates por la justicia y la libertad en el marco del sistema democrático. En 1988 regresó a la política como ministro de Cultura del gobierno socialista de Felipe González. Los últimos años de su vida fue uno de los mayores defensores del europeísmo y de la necesidad de construir una memoria común. Murió en París el 7 de junio de 2011.