Domingo Malagón (1916-2012) se marcha a Francia al final de la guerra civil. A partir de 1945 el PCE se reorganiza en el exilio, y es entonces cuando Malagón, pintor e ilustrador de profesión, comienza su trabajo como responsable del equipo dedicado a la falsificación de documentos. El propio Semprún evoca en 1977 el trabajo de Malagón “[…], ese camarada al que tantos debemos la libertad, y algunos la vida, porque eran los papeles que fabricaba o amañaba tan prodigiosamente parecidos a los auténticos, que nadie podría sospechar de ellos.” El conjunto de materiales del equipo técnico utilizado por Malagón y su grupo para elaborar las falsificaciones, aquí expuesto, nos muestra la precisión de su trabajo.